El cachondeo que se traen los políticos en las "democracias occidentales" es mayor, si cabe, al acercarse las elecciones, particularmente en España y alrededores. Cuando se hace algún tipo de "reforma" para acercar –con cuidado, con sumo cuidado, la verdad sea dicha– la democracia al pueblo, no sabe uno si reírse o llorar. No les da a "nuestros" políticos gobernantes–por cierto, la institución menos valorada en España– por eliminar el injusto sistema de D'Hondt, o abrir las listas electorales, o avanzar hacia una democracia real y participativa, o... No, nada de eso, sólo se les ocurre lo de "meterla directamente" –la papeleta– en la urna. Muchos nos sentimos como idiotas que dejan los asuntos propios en manos de una incompetente y arrogante casta política, y, sinceramente, no sabemos si votar o no votar, para botarlos.
Un enlace a tener en cuenta: "¡Democracia Real Ya!". Para el 15 de mayo hay una movida en España.
Un articulo muy interesante escrito hace ya muchos años por Antonio Escohotado, pero que no ha perdido un ápice de actualidad es "Idiotas". Lo coloco a continuación.
IDIOTAS
ESCOHOTADO, A. El Pais, miércoles 5 de mayo de 1993
Aunque el Diccionario de la Real Academia ayuda realmente muy poco -pues define la idiocia como "hecho o dicho propio del idiota", y al idiota como "quien padece de idiocia"-, tras esa palabra griega hay bastante miga. En tiempos arcaicos, cuando tiranos y reyes eran la norma, idiotés parece haber designado al simple particular, o cuando mucho al hombre común, por contraste con los de cuna o ingenio no común. Pero al optar algunas ciudades griegas por el autogobierno, idiotés pasó a nombrar una amalgama de desidia, pusilanimidad e inconsciencia, en épocas donde semejante cosa supone ceder las riendas del Estado a embaucadores y ladrones. De ahí que el idiota no fuese un simple imbécil o persona corta de luces, sino alguien que delegaba tranquilidad en otros el cuidado de lo común y, por tanto, suyo. Así lo expone Pericles en su discurso más célebre, donde termina diciendo que "quien se desentiende de lo público no es para nosotros tan sólo un tranquilo, sino un inútil".
A mi juicio, esas palabras del 410 antes de Cristo siguen marcando en 1993 (idem 2008) las lindes que separan a tranquilos (y parásitos suyos) de quienes, por citar otra vez a Pericles, "aman la belleza con economía y el saber sin molicie". Para estos últimos, desde luego, no hay modo de rehuir la idiocia -y con ella sucesivas clases políticas, dedicadas a pastorear con seres humanos a modo de ovejas- si la ciudadanía no se asegura el derecho a ser consultada, cuando ella lo decida, sobre cualquier norma obligatoria vigente. Otra cosa no merece llamarse democracia.
Consolados por la posibilidad de echar periódicamente al prefecto, muchos olvidan que su verdadera conveniencia es pulir la prefectura. Al constatar la corrupción de un Gobierno -algo consustancial a la política, mientras se mantenga como profesión-, sólo piensan en votar a otro, incluso cuando le saben orientado básicamente a lo mismo. Y éste, aprovechando la suma de fraudes perpetrados por su antecesor, promete todo cuanto prometió aquél, pero en modo alguno reformar aquella estructura que le aupó a campeón del cohecho. La bola rueda así, logrando que el censo se resigne a optar por el gobierno de fulano o de mengano, e ignora su derecho a proponer o cambiar leyes. Con ello, una sociedad se condena a ser electorado manipulable en vez de ciudadanía constituyente, elemento pasivo en vez de activo.
Se objetará que todas las constituciones modernas parten de lo que Montesquieu llamó "moderación" del poder, consagrando una estricta separación entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Pero ¿dónde pasa eso? Aquí el Tribunal Constitucional lo nombran cuatro cuerpos, tras de los cuales están invariablemente las ejecutivas de los partidos. Menos independientes son aún las Cortes, cuyos miembros no podemos elegirlos uno a uno y por sus respectivos méritos, ajuicio nuestro, sino en listas cerradas y numeradas de arriba abajo, que se aceptan o rechazan como lentejas: las comes o las dejas. De hecho, no se entiende cómo sus señorías osan siquiera llenar un hemiciclo cuyo destino es estar literalmente medio vacío, considerando que representan a la mitad escasa del censo. Y si en los próximos comicios votasen todos, ¿haremos un hemiciclo con el doble de plazas, o se acomodarán los diputados unos encima de otros?
En tiempos de grandes ahorros, donde se le discuten subidas casi simbólicas a toda suerte de empleados -incluso de negocios enormemente prósperos-, ¿por qué no ceñir la representación de sus señorías a porcentajes? Mirando hacia el futuro, ¿no es razonable (y económico en grado sumo) un delegado del PSOE con equis votos, otro del PP con los suyos, y así sucesivamente? ¿No se lograría con ello que unos pocos asumieran personalmente las responsabilidades legislativas, en vez de imitar a una claque destinada a abuchear o aclamar en bloque lo mandado por alguna dirección, que reside siempre en otro sitio?
Metidos en la era informática, donde vale céntimos transmitir decisiones a la velocidad de la luz, ¿por qué acudir a las urnas una vez cada varios años, cuando un aparatito acoplado al televisor puede recibir todo el dossier relativo a cada ley, y lograr que los ciudadanos voten por sí mismos? Siendo tan sencillo a nivel técnico, ¿por qué no un sufragio continuo, puntual? ¿No sería una forma de incorporar al proceso legislativo ese 50% del censo que hoy declina intervenir? ¿Para quién sería catastrófico que pudiéramos votar cosa por cosa, ley por ley, en vez de elegir un mesías político de cuatro en cuatro años?
Los que ahora rondamos el medio siglo aprendimos en aulas y libros que las leyes eran meras superestructuras y que el progreso pedía pasar de la iniciativa privada a una férrea planificación estatal. Luego vimos que el bendito progreso -si alguien sigue creyendo en algo así- tiene otros horizontes, y que la solución ha sido mantener la privacidad a nivel de lucro, pero seguir calladamente al leninismo en su línea de burocratización a ultranza, hasta elevar el control de todo y de todos a finalidad última. De ahí que nuestro paisaje vuelva a ser el de unas simples leyes, unas leyes que podríamos acatar ciegamente y que también cabría mejorar en supuestos determinados.
Como esto segundo nadie lo hará por nosotros, y menos que nadie la profesión política, una manera de no rendirse es reivindicar formas de democracia directa, recurso al poder plebiscitario. Dando al electorado voz en el legislativo, tal como el jurado se la confiere en el judicial, el derecho de la ciudadanía a convocar consultas locales y nacionales es un innegable fortalecimiento de la libertad. Sienta participación allí donde sólo rige una inerme delegación, devolviendo a cada individuo su alta y honrosa responsabilidad en la custodia del bien público. Y déjenme añadir que mientras ese derecho no pueda ejercerse regirá en vez de la consulta popular su insidioso sucedáneo, el sondeo político, cuya meta no es tanto saber lo que alguien piensa como encauzar subliminalmente las preferencias del sondeado en una u otra dirección.
Pese a lo legítimo de querer ser consultado, en vez de manipulado con encuestas, y pese al imprevisto amigo que resulta ser el ordenador para montar tantos y tan económicos plebiscitos como queramos, es preciso tomar en cuenta que ciertas normas bloquean el camino. En primer término, un precepto constitucional -el apartado 32 del artículo 149- declara "prerrogativa exclusiva del Estado" (léase Gobierno) "la convocatoria de consultas populares por vía referéndum".
Y bien, con idéntico motivo le asignaría uno al gremio de caseros la defensa del gremio de inquilinos, o al revés. Pero tal perversidad no viene sola, y se coordina con otro precepto -el párrafo 3 del artículo 87- que excluye consultas en materia fiscal o propia ley orgánica, vedando así lo que precisamente debe ser más vigilado, pues atañe a principios de organización política y al saqueo de nuestros bolsillos. Por si esto fuera poco, el comienzo del artículo declara que "una ley orgánica regulará formas y requisitos de la iniciativa popular para presentar proposiciones de ley". Dicha ley -qué casualidad, como la del jurado- no da remotas señales de vida desde 1978.
El caso es que toda norma admite interpretación, y tanto las Cortes como el Tribunal Constitucional podrían apoyarse en otros artículos de la Constitución (empezando por la primera frase del preámbulo) para instar un sistema plebiscitario accesible y rápido. Como poder y querer no son lo mismo, el ciudadano queda librado a preguntarse en qué campos parece más urgente instar consultas populares, y hacer uso de las vísperas electorales para pensar por sí mismo. Una vez abierto a esa perspectiva, el simple sentido común detecta bastantes proposiciones de ley con posibilidades de ganar holgadamente un referéndum; yo mismo ardo en deseos de comunicar alguna sobre función pública, soberanía fiscal y contratos-tipo. Si otros expusieran las suyas, hasta podría haber algún intercambio estimulante de impresiones.
Algo de origen tan pedestre difícilmente tendrá acomodo en los renovadores programas de PSOE, PP o IU. Cabe incluso que ningún partido se comprometa siquiera a desbloquear la ley orgánica prometida constitucionalmente, punto de partida insoslayable para que seamos ciudadanía en vez de puro rebaño. En ese caso, sin embargo, cuando llegue el bombardeo de inflamados mítines y frenética propaganda, con personas que juran servir muy fielmente nuestra libertad si acceden al Gobierno, quizá no sea el único en sostener que nos toman por idiotas.
miércoles, 30 de marzo de 2011
martes, 29 de marzo de 2011
MI LIBRO SOBRE DEUDA EXTERNA EN LA WEB
jueves, 24 de marzo de 2011
BOMBARDEOS SOBRE LIBIA Y EFECTOS COLATERALES
Que lo de Libia no está nada claro –ni todo lo que ha ocurrido, está ocurriendo y ocurrirá en los países árabes–, no lo digo sólo yo, hay personas mucho más expertas en estos temas que también ven las cosas bastantes oscuras, negras tal vez..., ¡vamos, tirando para el color del petróleo! Baste colocar aquí estos tres artículos de Gabriel Impaglione, Frei Betto y Esteban Tabares.
Más información sobre lo que está ocurriendo en Libia, comercio de armas y demás:
Comerciantes de armas, en La Noche Temática, Televisión española. Un documental imprescindible.
Todo está claro ahora en este mundo, un artículo de Wilkie Delgado.
Petrobombardeos en Libia
Gabriel Impaglione. Poeta y periodista argentino (vive em Italia). Colaborador de publicaciones en la prensa y electrónicas
Adital
Nadie encuentra en Libia líderes de la revuelta interna contra Kadafi; es anárquica, dicen los opinólogos mediáticos, demostrando que ni siquiera saben cosa es anarquismo.
No hay líderes porque es una rebelión espontánea, argumentan los opinólogos y funcionarios imperiales. Todos les creen. Como una fábula aparecen entonces nuevas formas de organización popular que desafían cualquier explicación. Y súbito armas y armas, grandes ametralladoras, cañoncitos y cañones y todos a revolucionar un país con la tasa más alta de calidad de vida del continente.
Hay una parte de esta película que no vimos.
Los medios universales, sus graves telenoticieros centrales dan la misma noticia a la misma hora.
La red funciona de maravillas! Occidente interpreta el mundo a su manera.
En inglés, francés, italiano o español la palabra bombardeo pisa fuerte. Kadafi bombardea ciudades y pueblos sublevados, anuncian, babeantes de Mercado.
Telesur no encontró con sus cámaras un solo rastro de bombardeo, ni tampoco circulan fotografías o videos tomados desde teléfonos celulares, que sí muestran tiroteos, gente corriendo de un lado al otro, gente con miedo. Como es comprensible en medio a cualquier balacera.
¿Qué sucede entonces con los bombardeos? ¿Dónde y cuándo? ¿Quiénes? ¿Qué bombas?
La TV italiana, miembro del Coro Señorial, tampoco muestra imágenes de bombardeo. Solo gente señalando confusamente algún horizonte lejano. Los bombardeos siempre ocurren en otro lado.
Rusia, cuyo gobierno no aprueba la intervención sobre Libia, dice que pareciera una nueva cruzada (Putin dixit). Demuestra mediante imágenes satelitales capturadas por su ejército que los difundidos bombardeos aéreos sobre ciudades sublevadas en Libia son inexistentes.
Recuerdo aquel científico inglés que trabajó para ONU y que fue asesinado misteriosamente luego de dar su informe sobre la ausencia de armas químicas en Irak. Pasó un buen tiempo para que se difundiera a través de los medios que efectivamente no había armas químicas en Irak. (Si mucho, pero mucho petróleo).
En Italia Berlusconi – muy amigo de Putin y también de Sarkozi- dice sentirse apenado por todo lo que ocurre con esta invasión. Su amistad con Kadafi lo llevó varias veces al África, acuerdos económicos, bisnis, bisnisbisnis. También el libio pisó tierra italiana- besamanos de Silvio, mediante-. Las fuerzas armadas italianas de todos modos están firmes al pie del cañón. Un país con una severa crisis económica y social se permite "invertir” presupuesto en esta nueva cruzada; lo mismo España, la diferencia es que en Madrid por ejemplo, no pasa hora sin acto de repudio por parte de los españoles. Pero en Italia solo manifiestan los fugados del África que son miles en Lampedusa, subsistiendo en condiciones deplorables luego de un viaje por mar pagado caro y con riesgo mortal.
Para Europa –que depende altamente del petróleo Libio- hace tiempo que Kadafi dejó de ser un problema, también para lo mejorcito de occidente, en todos los casos fue recibido con tantísimos honores repetidas veces por los gobiernos que hoy lo atacan.
¿Qué sucedió en medio de todo esto?
¿Qué parte de la película nos perdimos?
Se puede o no tener simpatía por el primer Kadafi o por el Kadafi de los últimos años. Pero, definitivamente, no se puede estar del lado de los cruzados.
No se puede estar del lado de la prepotencia de los fabricantes de bombas y los comerciantes de oleoductos. Estas gestas solo producen muerte sobre muerte, hasta que el planeta entero caiga en la lista negra.
La mediación de Venezuela no sirve a los planes imperiales, esa mediación habla de fraternidad de los pueblos, de paz y acuerdo pensante. La ONU la descarta y pone en práctica otra vez las indicaciones del Club de Fabricantes de Misiles.
Siempre hay algún comunista que habla de planes imperiales. Ya se sabe de qué paño están hechos estos rojos. Dicen que hacer pie en Libia significa no sólo poner bajo jurisdicción propia el petróleo (¡otra vez el petróleo!) sino dar efectividad a una presencia concreta en cercanías del convulsionado norte de África, tan propenso a las revueltas, últimamente.
Otros dicen que es una forma de darle garantías al vecino Israel, socio imperial que tras la caída de Mubarak ve en Egipto una amenaza constante. Nunca se sabe. Una cosa es agarrársela con el pequeño Palestina. Hay quienes agregan que la marca imperial en Libia es otro paso para llenar de banderitas la periferia iraní. Yo no me quedo sólo con la teoría del petróleo (Siempre el petróleo).
También está el petróleo, claro.
¿Y la ONU?
Bien, gracias. Siempre la misma canción. En Barhein la represión contra los antiplutócratas fue reprimida salvajemente con plomo de Arabia Saudita. La ONU ni mu... Las cosas en Yemen no están fáciles, la ONU ni mú.
La ocupación marroquí del Saharaui Occidental contabiliza tantos muertos y perseguidos que se pierde la cuenta. La ONU dice esta boca no es mía.
Mientras Kadafi bombardea a su pueblo -CNN dixit- Israel despedaza palestinos. Nada en la ONU que nos haga advertir algún tipo de preocupación al respecto.
Jamás una palabra de los aristocráticos regímenes árabes pro occidentales, en tanto éstos no dejen de ser funcionales a los intereses hegemónicos.
En Afganistán asesinan a diario gente inocente las mismas fuerzas bendecidas por la ONU.
¿Qué sucedería si Honduras tuviera un poco de petróleo? ¿Permitiría la ONU los asesinatos de opositores bajo el régimen de Lobo? ¿Por qué no envía (la ONU) una fuerza multinacional a desbloquear Cuba? ¡El mundo entero- salvo tres obvias excepciones- ha votado contra el bloqueo!
Los derechos humanos y la salvaguarda de los pueblos han llevado a los "onunistas” a permitir fuerzas invasoras en Libia. ¿El emocionante golpe de escena final será un verdadero ejército de gerentes haciéndose cargo de petróleos y gobierno? Allí confundidos en esas huestes encorbatadas, ¿aparecerán – finalmente- los líderes de la revuelta?
Gadafi y las potencias occidentales
Frei Betto. Escritor y asesor de movimentos sociais
Adital
Las potencias occidentales, lideradas por los Estados Unidos, se hacen de la boca gruesa en defensa de los derechos humanos en Libia. ¿Y las ocupaciones genocidas de Iraq y de Afganistán? ¿Quién dobla las campanas por un millón de muertos en Iraq? ¿Quién lleva a la Corte Internacional de Justicia de la ONU a los asesinos confesos en Afganistán y a los responsables de crímenes de lesa humanidad? ¿Por qué el Consejo de Seguridad de la ONU no dice una palabra contra las masacres practicadas contra los pueblos iraquí, afgano y palestino?
El interés de los EE.UU. y de la Unión Europea no es la defensa de los derechos humanos en Libia. Es asegurar el control de un territorio que produce 1,7 millones de barriles de petróleo al día, de los cuales depende la energía de países como Italia, Portugal, Austria e Irlanda.
El caso de Iraq es ejemplar: los Estados Unidos inventaron las nunca encontradas ’armas de destrucción masiva’ de Saddam Husein para ejercer el control sobre un país que es el segundo mayor productor mundial de petróleo -2,11 millones de barriles-, sólo superado por Arabia Saudita. Y posee una reserva calculada en 115 mil millones de barriles. A esa riqueza se le suma el hecho de ocupar una posición geográfica estratégica, pues tiene fronteras con Arabia Saudita, Irán, Jordania, Kwait, Siria y Turquía.
El próximo 20 de marzo se cumplen ocho años que los EE.UU. y sus adláteres invadieron Irak con el pretexto de ‘establecer la democracia’. El gobierno de Maliki está lejos de poder ser considerado una democracia. En febrero pasado millares de iraquíes salieron a las calles para reclamar trabajo, pan, electricidad y agua potable. El ejército los reprimió brutalmente, habiendo muertos, heridos, detenciones arbitrarias y secuestro de activistas. Ninguna potencia mundial reclamó en favor de los derechos humanos ni sugirió a Maliki que respondiera ante tribunales internacionales.
La ONU es hoy, lamentablemente, una institución desacreditada. Los EE.UU. la utilizan para aprobar resoluciones que justifiquen su papel de policía global al servicio de un sistema injusto y excluyente. Cuando la ONU aprueba resoluciones que contrarían a la Casa Blanca -como la condena del bloqueo a Cuba y la opresión de los palestinos- ella sencillamente hace oídos sordos.
Gadafi está en el poder desde 1969. Son 42 años de dictadura. ¿Por qué los EE.UU. y la Unión Europea nunca hablaron de quitarlo? Porque, a pesar de sus atentados terroristas, era conveniente mantener allí a un déspota que atraía inversiones extranjeras e impedía que llegasen a Europa los inmigrantes ilegales del África subsahariana, o sea todos los países al sur del desierto del Sahara.
Ahora que el pueblo libio clama por la libertad los EE.UU. ocupan posiciones estratégicas en el Mediterráneo. Barcos anfibios, aviones y helicópteros son transportados por los barcos de guerra US Ponce y US Kearsarge. La Unión Europea, a su vez, no está preocupada por la democracia en Libia sino por evitar que miles de refugiados desembarquen en sus países deteriorados por la crisis financiera.
Temen también que la onda libertaria que asola a los países árabes, productores de petróleo, suban el precio del producto, recargando más a las potencias occidentales, que luchan con dificultad para vencer la crisis del sistema capitalista.
Se habla de establecer una ‘zona de exclusión aérea’ en Libia. Eso significa bombardear los aeropuertos del país y todos los aviones allí estacionados. Y exige el envío de portaviones a las costas africanas. En suma, un nuevo frente de guerra.
El hecho es que la Casa Blanca fue sorprendida por el movimiento libertario en el mundo árabe y, ahora, no sabe cómo proceder. Era más cómodo seguir siendo cómplice de los regímenes autoritarios a cambio de las fuentes de energía, como gas y petróleo. ¿Pero cómo oponerse al clamor por la democracia y evitar el peligro de que el gobierno de dichos países pueda caer en manos de fundamentalistas?
Gadafi llegó al poder con amplio apoyo popular al derribar el régimen tiránico del rey Idris, en 1969. Mordido por la mosca azul, con el tiempo olvidó todas las promesas libertarias que había hecho. En 1974, valiéndose de la recesión mundial, expulsó a las empresas occidentales, expropió propiedades y promovió una serie de reformas progresistas que hicieron mejorar la calidad de vida del pueblo libio.
Asociada a la Unión Soviética, a partir de 1993 Gadafi dio la bienvenida a las inversiones extranjeras. Tras la caída de Saddam, temiendo ser el siguiente de la lista, firmó acuerdos para erradicar las armas de destrucción masiva e indemnizó a las víctimas de sus atentados terroristas. Se erigió en un perseguidor feroz de Osama Bin Laden. Pidió ingresar al FMI, creó zonas especiales de libre comercio, abrió el país a las transnacionales del petróleo y eliminó los subsidios a los productos alimenticios de primera necesidad. Inició el proceso de privatización de la economía, lo que hizo aumentar el desempleo a cerca del 30% y agravarse la desigualdad social.
Gadafi mereció elogios de Tony Blair, de Berlusconi, de Sarkozy y de Zapatero. Igual que a Occidente, le desagradó la expulsión de los gobiernos tiránicos de Túnez y Egipto. Ahora dispara contra un pueblo desarmado que aspira a sacarle del poder.
Para las potencias occidentales Gadafi se convirtió en una carta rebelde de la baraja. El problema ahora es cómo echarlo del poder sin abrir un nuevo frente de guerra y convertir a Libia en un ‘protectorado’ bajo control de la Casa Blanca. Si Gadafi se resiste, Bin Laden puede ganar más de un aliado o, al menos, tener uno más en materia de amenazas terroristas.
El discurso de Occidente es la democracia. El interés, el petróleo. Y para el capitalismo sólo eso interesa: privatizar las fuentes de riqueza. En cuanto a la lógica de que el capital predomine sobre la libertad, Occidente nunca conocerá verdaderas democracias, aquellas en las que la mayoría del pueblo decide los destinos de la nación.
http://www.freibetto.org - twitter:@freibetto.
Libia: preparativos de guerra.
Los levantamientos en Libia, coincidiendo con las luchas populares del resto de países del Magreb y Masrek, responden a razones semejantes a las del resto de países pero tienen connotaciones bien diferentes. En parte son el resultado del hartazgo de un pueblo que ha visto deteriorarse gravemente sus condiciones de vida en los últimos años al tiempo que comprueba la corrupción y el enriquecimiento de las camarillas cercanas al poder. En 1969 la lucha anticolonial derrocó la monarquía fantoche del rey Idris, nacionalizó la industria petrolera y las grandes empresas bajo control de EE.UU y Gran Bretaña y generó un desarrollo agrario e industrial que permitió mitigar las graves desigualdades sociales y el acceso de la población a la vivienda, la educación y la sanidad públicas. No era una revolución socialista pero se situó claramente contra el imperialismo y el sionismo. Kadhafi formaba parte destacada del “eje del mal” y Reagan bombardeó Bengasi y Trípoli en 1986.
La situación cambió radicalmente a partir de los años 90, cuando el gobierno da un giro de 180 grados y empieza a abrirse a la penetración extranjera, sobre todo tras la invasión de Iraq en 2003. Las grandes empresas petroleras, fundamentalmente europeas, van controlando porciones cada vez mayores del crudo y del gas, se privatizan las industrias y, sobre todo, cediendo a las exigencias del FMI se van eliminando los subsidios a los productos alimenticios, combustible y se van anulando las medidas de protección social. Mientras el pueblo se empobrecía y la corrupción y el nepotismo se extendía, Kadhafi era recibido con gran pompa por los gobiernos europeos convertido en un aliado “un poco excéntrico”. El estallido de la ira popular tiene pues raíces semejantes a la que ha hecho levantarse a otros pueblos árabes, cuyos responsables son los gobiernos corruptos que han aplicado las políticas impuestas por el imperialismo.
Pero hay otros elementos. Sobre el caldo de cultivo de la legítima indignación popular es preciso analizar quién está dirigiendo la oposición. El elemento político fundamental es la Conferencia Nacional de la Oposición Libia integrada por el Frente Nacional por la Salvación de Libia (FNSL), fundado en 1981, financiado por la CIA y con oficinas en Washington, con una organización militar, el Ejército Nacional Libio, y por la Unión Constitucional Libia, organización monárquica que reclama lealtad al rey Idris. Ambas organizaciones reclamaron inmediatamente la intervención internacional. Y la “comunidad internacional” está respondiendo. Las inmensas riquezas derivadas del control absoluto del petróleo y el gas, a los que hasta ahora no estaba accediendo EE.UU., son sin ninguna duda el objetivo de las “intervenciones humanitarias”, dirigidas por los mismos que han sido y son los responsables directos de las mayores matanzas y sufrimientos perpetrados contra los pueblos.
Lo primero que votó el Consejo de Seguridad (CS) de la ONU han sido las sanciones a Libia, las mismas que asolaron al pueblo iraquí antes de la invasión, y el mismo CS que asistió sin rechistar a las masacres israelíes sobre Gaza y Líbano. Y para que no quepa duda de lo que se prepara, la evacuación de civiles británicos y alemanes se está realizando mediante barcos de guerra fuertemente armados, mientras el gigantesco portaviones USS Enterprise y la Sexta Flota se encaminan hacia Libia. Por su parte, la OTAN discute la imposición de una zona de exclusión aérea y el establecimiento de corredores militares desde Egipto y Túnez, los cuales además de cercar las instalaciones petroleras y de gas pondrían la bota militar sobre las esperanzas de democracia y soberanía de estos pueblos.
Al tiempo que Sarkozy clamaba por bombardeos selectivos para evitar que Kadhafi ataque a su pueblo con “armas químicas”, Francia y Reino Unido, avanzadilla de las posiciones de EE.UU. en Europa han reconocido ayer al Consejo Nacional Libio de Transición (CNLT) integrado fundamentalmente por el FNSL y por la UCL que pretende restaurar la monarquía. Este “gobierno provisional” con sede en Bengasi está así mismo clamando por una intervención militar de la OTAN. ¿Es legítimo hacer paralelismos entre esta “oposición” y las revueltas populares en Tunez, Egipto y demás países árabes? ¿Alguien les ha oído reclama una intervención militar?
Por si hay alguna duda, comprensible en estos tiempos de tanta mentira mediática, acerca de la petición reiterada del “gobierno provisional” de una intervención militar informo de algo vivido directamente. Cuando asistía a una reunión preparatoria de una próxima manifestación en solidaridad con los levantamientos de los pueblos árabes y al exigir que se explicitara con toda claridad que los convocantes nos oponíamos radicalmente a cualquier intervención extranjera y exigíamos al gobierno español que no participara en acción alguna de la OTAN, ni prestara las bases, la representante de Casa Libia dijo que su organización seguía las directrices del gobierno provisional reclamando una intervención militar y que si la propuesta citada se aceptaba, ellos no suscribirían el Manifiesto. La propuesta se aceptó.
Para cualquiera que se moleste lo más mínimo en informarse está claro que las organizaciones libias anteriormente citadas son criaturas de la CIA y/o expresión de una monarquía que debe su existencia al sometimiento al colonialismo. Nada nuevo, por otra parte; es lo mismo que ocurrió con la oposición iraquí o con los jefecillos locales que hacen el trabajo sucio y esperan ocupar su lamentable cuota de poder aupados por las armas del imperio. No me cabe duda de que entre los alzados hay sectores del pueblo libio que rechazan la intervención extranjera y, que como en otros países árabes, reclaman democracia y justicia social. Cuando oigamos su voz – aún débil o sepultada por la propaganda – merecerán el apoyo y la solidaridad que están generando las demás luchas populares árabes, pero deberán diferenciarse nítidamente de quiénes no son más que esbirros del imperialismo en Libia.
Después de lo que sabemos, de lo que hemos conocido directamente de su propaganda de guerra como pretextos inventados para masacrar, deponer gobiernos que no se les someten y asesinar a centenares de miles de personas, ¿Alguien puede creer que estén vertiendo lágrimas por los sufrimientos de ningún pueblo y mucho menos que la OTAN, la mayor maquinaria de guerra y de destrucción se apreste a realizar “intervenciones humanitarias”? Por otra parte, la intervención en Libia serviría perfectamente como “aviso para navegantes” para los demás pueblos árabes”. Esa y no otra es la lectura del apoyo de la Liga Árabe a un ataque a Libia: sería el mejor regalo que se les podría hacer a corruptas petromonarquías que ven sus tronos tambalearse por la ira popular.
No puede haber la menor duda: es al pueblo libio y a los pueblos árabes a quienes corresponde decidir sobre sus gobiernos en su legítima lucha por la democracia y la soberanía sobre sus recursos, que inevitablemente les lleva a confrontar con el sionismo y el imperialismo. A nosotros nos toca hacer todos los esfuerzos posibles por intentar detener los proyectos criminales del imperialismo, a defender la lucha por la autodeterminación de los pueblos y a impedir que ni un sólo soldado, ni una sola base se utilice para atacar a ningún Estado. Como en Iraq, el problema central no es quién es Sadam o Kadhafi, sino qué papel juegan los recursos de sus pueblos en los planes de dominación y expolio de las grandes potencias. Hoy como entonces: ¡No a la guerra imperialista!
ESTEBAN TABARES
Más información sobre lo que está ocurriendo en Libia, comercio de armas y demás:
Comerciantes de armas, en La Noche Temática, Televisión española. Un documental imprescindible.
Todo está claro ahora en este mundo, un artículo de Wilkie Delgado.
Petrobombardeos en Libia
Gabriel Impaglione. Poeta y periodista argentino (vive em Italia). Colaborador de publicaciones en la prensa y electrónicas
Adital
Nadie encuentra en Libia líderes de la revuelta interna contra Kadafi; es anárquica, dicen los opinólogos mediáticos, demostrando que ni siquiera saben cosa es anarquismo.
No hay líderes porque es una rebelión espontánea, argumentan los opinólogos y funcionarios imperiales. Todos les creen. Como una fábula aparecen entonces nuevas formas de organización popular que desafían cualquier explicación. Y súbito armas y armas, grandes ametralladoras, cañoncitos y cañones y todos a revolucionar un país con la tasa más alta de calidad de vida del continente.
Hay una parte de esta película que no vimos.
Los medios universales, sus graves telenoticieros centrales dan la misma noticia a la misma hora.
La red funciona de maravillas! Occidente interpreta el mundo a su manera.
En inglés, francés, italiano o español la palabra bombardeo pisa fuerte. Kadafi bombardea ciudades y pueblos sublevados, anuncian, babeantes de Mercado.
Telesur no encontró con sus cámaras un solo rastro de bombardeo, ni tampoco circulan fotografías o videos tomados desde teléfonos celulares, que sí muestran tiroteos, gente corriendo de un lado al otro, gente con miedo. Como es comprensible en medio a cualquier balacera.
¿Qué sucede entonces con los bombardeos? ¿Dónde y cuándo? ¿Quiénes? ¿Qué bombas?
La TV italiana, miembro del Coro Señorial, tampoco muestra imágenes de bombardeo. Solo gente señalando confusamente algún horizonte lejano. Los bombardeos siempre ocurren en otro lado.
Rusia, cuyo gobierno no aprueba la intervención sobre Libia, dice que pareciera una nueva cruzada (Putin dixit). Demuestra mediante imágenes satelitales capturadas por su ejército que los difundidos bombardeos aéreos sobre ciudades sublevadas en Libia son inexistentes.
Recuerdo aquel científico inglés que trabajó para ONU y que fue asesinado misteriosamente luego de dar su informe sobre la ausencia de armas químicas en Irak. Pasó un buen tiempo para que se difundiera a través de los medios que efectivamente no había armas químicas en Irak. (Si mucho, pero mucho petróleo).
En Italia Berlusconi – muy amigo de Putin y también de Sarkozi- dice sentirse apenado por todo lo que ocurre con esta invasión. Su amistad con Kadafi lo llevó varias veces al África, acuerdos económicos, bisnis, bisnisbisnis. También el libio pisó tierra italiana- besamanos de Silvio, mediante-. Las fuerzas armadas italianas de todos modos están firmes al pie del cañón. Un país con una severa crisis económica y social se permite "invertir” presupuesto en esta nueva cruzada; lo mismo España, la diferencia es que en Madrid por ejemplo, no pasa hora sin acto de repudio por parte de los españoles. Pero en Italia solo manifiestan los fugados del África que son miles en Lampedusa, subsistiendo en condiciones deplorables luego de un viaje por mar pagado caro y con riesgo mortal.
Para Europa –que depende altamente del petróleo Libio- hace tiempo que Kadafi dejó de ser un problema, también para lo mejorcito de occidente, en todos los casos fue recibido con tantísimos honores repetidas veces por los gobiernos que hoy lo atacan.
¿Qué sucedió en medio de todo esto?
¿Qué parte de la película nos perdimos?
Se puede o no tener simpatía por el primer Kadafi o por el Kadafi de los últimos años. Pero, definitivamente, no se puede estar del lado de los cruzados.
No se puede estar del lado de la prepotencia de los fabricantes de bombas y los comerciantes de oleoductos. Estas gestas solo producen muerte sobre muerte, hasta que el planeta entero caiga en la lista negra.
La mediación de Venezuela no sirve a los planes imperiales, esa mediación habla de fraternidad de los pueblos, de paz y acuerdo pensante. La ONU la descarta y pone en práctica otra vez las indicaciones del Club de Fabricantes de Misiles.
Siempre hay algún comunista que habla de planes imperiales. Ya se sabe de qué paño están hechos estos rojos. Dicen que hacer pie en Libia significa no sólo poner bajo jurisdicción propia el petróleo (¡otra vez el petróleo!) sino dar efectividad a una presencia concreta en cercanías del convulsionado norte de África, tan propenso a las revueltas, últimamente.
Otros dicen que es una forma de darle garantías al vecino Israel, socio imperial que tras la caída de Mubarak ve en Egipto una amenaza constante. Nunca se sabe. Una cosa es agarrársela con el pequeño Palestina. Hay quienes agregan que la marca imperial en Libia es otro paso para llenar de banderitas la periferia iraní. Yo no me quedo sólo con la teoría del petróleo (Siempre el petróleo).
También está el petróleo, claro.
¿Y la ONU?
Bien, gracias. Siempre la misma canción. En Barhein la represión contra los antiplutócratas fue reprimida salvajemente con plomo de Arabia Saudita. La ONU ni mu... Las cosas en Yemen no están fáciles, la ONU ni mú.
La ocupación marroquí del Saharaui Occidental contabiliza tantos muertos y perseguidos que se pierde la cuenta. La ONU dice esta boca no es mía.
Mientras Kadafi bombardea a su pueblo -CNN dixit- Israel despedaza palestinos. Nada en la ONU que nos haga advertir algún tipo de preocupación al respecto.
Jamás una palabra de los aristocráticos regímenes árabes pro occidentales, en tanto éstos no dejen de ser funcionales a los intereses hegemónicos.
En Afganistán asesinan a diario gente inocente las mismas fuerzas bendecidas por la ONU.
¿Qué sucedería si Honduras tuviera un poco de petróleo? ¿Permitiría la ONU los asesinatos de opositores bajo el régimen de Lobo? ¿Por qué no envía (la ONU) una fuerza multinacional a desbloquear Cuba? ¡El mundo entero- salvo tres obvias excepciones- ha votado contra el bloqueo!
Los derechos humanos y la salvaguarda de los pueblos han llevado a los "onunistas” a permitir fuerzas invasoras en Libia. ¿El emocionante golpe de escena final será un verdadero ejército de gerentes haciéndose cargo de petróleos y gobierno? Allí confundidos en esas huestes encorbatadas, ¿aparecerán – finalmente- los líderes de la revuelta?
Gadafi y las potencias occidentales
Frei Betto. Escritor y asesor de movimentos sociais
Adital
Las potencias occidentales, lideradas por los Estados Unidos, se hacen de la boca gruesa en defensa de los derechos humanos en Libia. ¿Y las ocupaciones genocidas de Iraq y de Afganistán? ¿Quién dobla las campanas por un millón de muertos en Iraq? ¿Quién lleva a la Corte Internacional de Justicia de la ONU a los asesinos confesos en Afganistán y a los responsables de crímenes de lesa humanidad? ¿Por qué el Consejo de Seguridad de la ONU no dice una palabra contra las masacres practicadas contra los pueblos iraquí, afgano y palestino?
El interés de los EE.UU. y de la Unión Europea no es la defensa de los derechos humanos en Libia. Es asegurar el control de un territorio que produce 1,7 millones de barriles de petróleo al día, de los cuales depende la energía de países como Italia, Portugal, Austria e Irlanda.
El caso de Iraq es ejemplar: los Estados Unidos inventaron las nunca encontradas ’armas de destrucción masiva’ de Saddam Husein para ejercer el control sobre un país que es el segundo mayor productor mundial de petróleo -2,11 millones de barriles-, sólo superado por Arabia Saudita. Y posee una reserva calculada en 115 mil millones de barriles. A esa riqueza se le suma el hecho de ocupar una posición geográfica estratégica, pues tiene fronteras con Arabia Saudita, Irán, Jordania, Kwait, Siria y Turquía.
El próximo 20 de marzo se cumplen ocho años que los EE.UU. y sus adláteres invadieron Irak con el pretexto de ‘establecer la democracia’. El gobierno de Maliki está lejos de poder ser considerado una democracia. En febrero pasado millares de iraquíes salieron a las calles para reclamar trabajo, pan, electricidad y agua potable. El ejército los reprimió brutalmente, habiendo muertos, heridos, detenciones arbitrarias y secuestro de activistas. Ninguna potencia mundial reclamó en favor de los derechos humanos ni sugirió a Maliki que respondiera ante tribunales internacionales.
La ONU es hoy, lamentablemente, una institución desacreditada. Los EE.UU. la utilizan para aprobar resoluciones que justifiquen su papel de policía global al servicio de un sistema injusto y excluyente. Cuando la ONU aprueba resoluciones que contrarían a la Casa Blanca -como la condena del bloqueo a Cuba y la opresión de los palestinos- ella sencillamente hace oídos sordos.
Gadafi está en el poder desde 1969. Son 42 años de dictadura. ¿Por qué los EE.UU. y la Unión Europea nunca hablaron de quitarlo? Porque, a pesar de sus atentados terroristas, era conveniente mantener allí a un déspota que atraía inversiones extranjeras e impedía que llegasen a Europa los inmigrantes ilegales del África subsahariana, o sea todos los países al sur del desierto del Sahara.
Ahora que el pueblo libio clama por la libertad los EE.UU. ocupan posiciones estratégicas en el Mediterráneo. Barcos anfibios, aviones y helicópteros son transportados por los barcos de guerra US Ponce y US Kearsarge. La Unión Europea, a su vez, no está preocupada por la democracia en Libia sino por evitar que miles de refugiados desembarquen en sus países deteriorados por la crisis financiera.
Temen también que la onda libertaria que asola a los países árabes, productores de petróleo, suban el precio del producto, recargando más a las potencias occidentales, que luchan con dificultad para vencer la crisis del sistema capitalista.
Se habla de establecer una ‘zona de exclusión aérea’ en Libia. Eso significa bombardear los aeropuertos del país y todos los aviones allí estacionados. Y exige el envío de portaviones a las costas africanas. En suma, un nuevo frente de guerra.
El hecho es que la Casa Blanca fue sorprendida por el movimiento libertario en el mundo árabe y, ahora, no sabe cómo proceder. Era más cómodo seguir siendo cómplice de los regímenes autoritarios a cambio de las fuentes de energía, como gas y petróleo. ¿Pero cómo oponerse al clamor por la democracia y evitar el peligro de que el gobierno de dichos países pueda caer en manos de fundamentalistas?
Gadafi llegó al poder con amplio apoyo popular al derribar el régimen tiránico del rey Idris, en 1969. Mordido por la mosca azul, con el tiempo olvidó todas las promesas libertarias que había hecho. En 1974, valiéndose de la recesión mundial, expulsó a las empresas occidentales, expropió propiedades y promovió una serie de reformas progresistas que hicieron mejorar la calidad de vida del pueblo libio.
Asociada a la Unión Soviética, a partir de 1993 Gadafi dio la bienvenida a las inversiones extranjeras. Tras la caída de Saddam, temiendo ser el siguiente de la lista, firmó acuerdos para erradicar las armas de destrucción masiva e indemnizó a las víctimas de sus atentados terroristas. Se erigió en un perseguidor feroz de Osama Bin Laden. Pidió ingresar al FMI, creó zonas especiales de libre comercio, abrió el país a las transnacionales del petróleo y eliminó los subsidios a los productos alimenticios de primera necesidad. Inició el proceso de privatización de la economía, lo que hizo aumentar el desempleo a cerca del 30% y agravarse la desigualdad social.
Gadafi mereció elogios de Tony Blair, de Berlusconi, de Sarkozy y de Zapatero. Igual que a Occidente, le desagradó la expulsión de los gobiernos tiránicos de Túnez y Egipto. Ahora dispara contra un pueblo desarmado que aspira a sacarle del poder.
Para las potencias occidentales Gadafi se convirtió en una carta rebelde de la baraja. El problema ahora es cómo echarlo del poder sin abrir un nuevo frente de guerra y convertir a Libia en un ‘protectorado’ bajo control de la Casa Blanca. Si Gadafi se resiste, Bin Laden puede ganar más de un aliado o, al menos, tener uno más en materia de amenazas terroristas.
El discurso de Occidente es la democracia. El interés, el petróleo. Y para el capitalismo sólo eso interesa: privatizar las fuentes de riqueza. En cuanto a la lógica de que el capital predomine sobre la libertad, Occidente nunca conocerá verdaderas democracias, aquellas en las que la mayoría del pueblo decide los destinos de la nación.
http://www.freibetto.org - twitter:@freibetto.
Libia: preparativos de guerra.
Los levantamientos en Libia, coincidiendo con las luchas populares del resto de países del Magreb y Masrek, responden a razones semejantes a las del resto de países pero tienen connotaciones bien diferentes. En parte son el resultado del hartazgo de un pueblo que ha visto deteriorarse gravemente sus condiciones de vida en los últimos años al tiempo que comprueba la corrupción y el enriquecimiento de las camarillas cercanas al poder. En 1969 la lucha anticolonial derrocó la monarquía fantoche del rey Idris, nacionalizó la industria petrolera y las grandes empresas bajo control de EE.UU y Gran Bretaña y generó un desarrollo agrario e industrial que permitió mitigar las graves desigualdades sociales y el acceso de la población a la vivienda, la educación y la sanidad públicas. No era una revolución socialista pero se situó claramente contra el imperialismo y el sionismo. Kadhafi formaba parte destacada del “eje del mal” y Reagan bombardeó Bengasi y Trípoli en 1986.
La situación cambió radicalmente a partir de los años 90, cuando el gobierno da un giro de 180 grados y empieza a abrirse a la penetración extranjera, sobre todo tras la invasión de Iraq en 2003. Las grandes empresas petroleras, fundamentalmente europeas, van controlando porciones cada vez mayores del crudo y del gas, se privatizan las industrias y, sobre todo, cediendo a las exigencias del FMI se van eliminando los subsidios a los productos alimenticios, combustible y se van anulando las medidas de protección social. Mientras el pueblo se empobrecía y la corrupción y el nepotismo se extendía, Kadhafi era recibido con gran pompa por los gobiernos europeos convertido en un aliado “un poco excéntrico”. El estallido de la ira popular tiene pues raíces semejantes a la que ha hecho levantarse a otros pueblos árabes, cuyos responsables son los gobiernos corruptos que han aplicado las políticas impuestas por el imperialismo.
Pero hay otros elementos. Sobre el caldo de cultivo de la legítima indignación popular es preciso analizar quién está dirigiendo la oposición. El elemento político fundamental es la Conferencia Nacional de la Oposición Libia integrada por el Frente Nacional por la Salvación de Libia (FNSL), fundado en 1981, financiado por la CIA y con oficinas en Washington, con una organización militar, el Ejército Nacional Libio, y por la Unión Constitucional Libia, organización monárquica que reclama lealtad al rey Idris. Ambas organizaciones reclamaron inmediatamente la intervención internacional. Y la “comunidad internacional” está respondiendo. Las inmensas riquezas derivadas del control absoluto del petróleo y el gas, a los que hasta ahora no estaba accediendo EE.UU., son sin ninguna duda el objetivo de las “intervenciones humanitarias”, dirigidas por los mismos que han sido y son los responsables directos de las mayores matanzas y sufrimientos perpetrados contra los pueblos.
Lo primero que votó el Consejo de Seguridad (CS) de la ONU han sido las sanciones a Libia, las mismas que asolaron al pueblo iraquí antes de la invasión, y el mismo CS que asistió sin rechistar a las masacres israelíes sobre Gaza y Líbano. Y para que no quepa duda de lo que se prepara, la evacuación de civiles británicos y alemanes se está realizando mediante barcos de guerra fuertemente armados, mientras el gigantesco portaviones USS Enterprise y la Sexta Flota se encaminan hacia Libia. Por su parte, la OTAN discute la imposición de una zona de exclusión aérea y el establecimiento de corredores militares desde Egipto y Túnez, los cuales además de cercar las instalaciones petroleras y de gas pondrían la bota militar sobre las esperanzas de democracia y soberanía de estos pueblos.
Al tiempo que Sarkozy clamaba por bombardeos selectivos para evitar que Kadhafi ataque a su pueblo con “armas químicas”, Francia y Reino Unido, avanzadilla de las posiciones de EE.UU. en Europa han reconocido ayer al Consejo Nacional Libio de Transición (CNLT) integrado fundamentalmente por el FNSL y por la UCL que pretende restaurar la monarquía. Este “gobierno provisional” con sede en Bengasi está así mismo clamando por una intervención militar de la OTAN. ¿Es legítimo hacer paralelismos entre esta “oposición” y las revueltas populares en Tunez, Egipto y demás países árabes? ¿Alguien les ha oído reclama una intervención militar?
Por si hay alguna duda, comprensible en estos tiempos de tanta mentira mediática, acerca de la petición reiterada del “gobierno provisional” de una intervención militar informo de algo vivido directamente. Cuando asistía a una reunión preparatoria de una próxima manifestación en solidaridad con los levantamientos de los pueblos árabes y al exigir que se explicitara con toda claridad que los convocantes nos oponíamos radicalmente a cualquier intervención extranjera y exigíamos al gobierno español que no participara en acción alguna de la OTAN, ni prestara las bases, la representante de Casa Libia dijo que su organización seguía las directrices del gobierno provisional reclamando una intervención militar y que si la propuesta citada se aceptaba, ellos no suscribirían el Manifiesto. La propuesta se aceptó.
Para cualquiera que se moleste lo más mínimo en informarse está claro que las organizaciones libias anteriormente citadas son criaturas de la CIA y/o expresión de una monarquía que debe su existencia al sometimiento al colonialismo. Nada nuevo, por otra parte; es lo mismo que ocurrió con la oposición iraquí o con los jefecillos locales que hacen el trabajo sucio y esperan ocupar su lamentable cuota de poder aupados por las armas del imperio. No me cabe duda de que entre los alzados hay sectores del pueblo libio que rechazan la intervención extranjera y, que como en otros países árabes, reclaman democracia y justicia social. Cuando oigamos su voz – aún débil o sepultada por la propaganda – merecerán el apoyo y la solidaridad que están generando las demás luchas populares árabes, pero deberán diferenciarse nítidamente de quiénes no son más que esbirros del imperialismo en Libia.
Después de lo que sabemos, de lo que hemos conocido directamente de su propaganda de guerra como pretextos inventados para masacrar, deponer gobiernos que no se les someten y asesinar a centenares de miles de personas, ¿Alguien puede creer que estén vertiendo lágrimas por los sufrimientos de ningún pueblo y mucho menos que la OTAN, la mayor maquinaria de guerra y de destrucción se apreste a realizar “intervenciones humanitarias”? Por otra parte, la intervención en Libia serviría perfectamente como “aviso para navegantes” para los demás pueblos árabes”. Esa y no otra es la lectura del apoyo de la Liga Árabe a un ataque a Libia: sería el mejor regalo que se les podría hacer a corruptas petromonarquías que ven sus tronos tambalearse por la ira popular.
No puede haber la menor duda: es al pueblo libio y a los pueblos árabes a quienes corresponde decidir sobre sus gobiernos en su legítima lucha por la democracia y la soberanía sobre sus recursos, que inevitablemente les lleva a confrontar con el sionismo y el imperialismo. A nosotros nos toca hacer todos los esfuerzos posibles por intentar detener los proyectos criminales del imperialismo, a defender la lucha por la autodeterminación de los pueblos y a impedir que ni un sólo soldado, ni una sola base se utilice para atacar a ningún Estado. Como en Iraq, el problema central no es quién es Sadam o Kadhafi, sino qué papel juegan los recursos de sus pueblos en los planes de dominación y expolio de las grandes potencias. Hoy como entonces: ¡No a la guerra imperialista!
ESTEBAN TABARES
jueves, 17 de marzo de 2011
APOCALIPSIS MADE IN JAPAN
"El libro del Apocalipsis o Apocalipsis de Juan (griego: Αποκάλυψις Ιωάννου [Apokálypsis Ioánnou], 'Revelación de Juan' ), es el último libro del Nuevo Testamento. También es conocido en algunos círculos protestantes simplemente como Revelación. Por su género literario, es considerado por la mayoría de los eruditos el único libro del Nuevo Testamento de carácter exclusivamente profético." (Según la Wikipedia.)
Pues, ¡¿qué más decir?!, en esta definición se resume perfectamente de qué va lo que está aconteciendo en Fukushima: revelando una serie de verdades y profetizando una serie de caminos a seguir. No se trata de "el fin del mundo", como algunos medios, particularmente de corte neoliberal, se han aventurado a traducir por "apocalipsis", entre otras cosas para desprestigiar al tal Ottinger, sino, en todo caso, de "el fin de la era nuclear", de un modelo de desarrollismo devorador de energía, del endosamiento de la tecnología y de su cuasi sagrada devoción, pensando que nos va a "salvar" de todas nuestras limitaciones. Revelación de que somos seres limitados, de que el planeta es limitado, de que nuestro conocimiento sobre muchos procesos en la naturaleza es limitado, y de que debemos asumir esas limitaciones y con ellas trabajar, si no queremos poner en riesgo nuestro futuro como especie.
miércoles, 16 de marzo de 2011
OTRA VEZ LAS NUCLEARES: FUKUSHIMA O EL SER O NO SER.
Hace menos de un mes –en la entrada del 21 de febrero– comentábamos lo que estaba ocurriendo en España con las centrales nucleares y la política pro-nuclear que existía en el ambiente. Con el accidente nuclear de Fukushima las opiniones están virando 180º, no sólo en España, sino en todo el continente europeo, e incluso más allá. El lobby nuclear se empeña en hacernos creer lo que la Naturaleza o los fallos humanos –¡gracias a Dios, seguimos teniendo fallos!– se empeñan en desmentir. No todo lo que el hombre técnicamente pueda realizar es bueno, y yo creo que la energía nuclear, hoy por hoy, entra dentro de esta categoría de "mala": es cara –si no estuviese subvencionada no sería competitiva–, es sucia (no emite CO2 pero crea residuos altamente peligrosos que persisten miles de años), hipoteca a las generaciones futuras, está concentrada en pocas manos e hipercentralizada en unas pocas centrales nucleares –no es "democrática"–, es incontrolable y potencialmente destructiva.
Si quieres más información, aquí.
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viernes, 11 de marzo de 2011
¡ABAJO LAS DICTADURAS, TODAS LAS DICTADURAS!
Bueno, pues ya que estamos inmersos en una dinámica de revoluciones democratizadoras (vamos a ver hasta dónde se llega con la "revolución" y con la "democracia") en el norte de África, ¿por qué no aprovechamos nosotros también estos vientos sociales y le damos una "patada en el trasero" a nuestros particulares dictadores y difusas dictaduras? Tal vez no tengan rostros visibles, ni figura repudiable, ni ejércitos represivos aparentes como las dictaduras de Túnez, Egipto o Libia, pero están ahí, gobernando nuestras vidas y moldeando nuestro futuro sin nuestro consentimiento. Nuestros poderosos dictadores, con una simple y certera especulación bursátil, acaban sometiendo a un país, privatizando lo saludable (si algo hay enfermo exigen al Estado que lo sanee previamente con dinero público), dejándonos sin trabajo, destruyendo el medio ambiente, vaciando nuestras mentes y llenando sus cuentas bancarias.
Ojalá llegasen los vientos democráticos "reales", participativos, con toda la fuerza y el dinamismo de los ciudadanos (*), no sólo a los países musulmanes, sino a todos los que tan alegre y despreocupadamente pensamos que somos libres.
(*) La palabra “democracia” (del griego δημοκρατια) combina los elementos δημος (demos, que significa ‘gente’) y κρατος (kratos, que significa ‘fuerza’ o ‘energía’)
Ojalá llegasen los vientos democráticos "reales", participativos, con toda la fuerza y el dinamismo de los ciudadanos (*), no sólo a los países musulmanes, sino a todos los que tan alegre y despreocupadamente pensamos que somos libres.
(*) La palabra “democracia” (del griego δημοκρατια) combina los elementos δημος (demos, que significa ‘gente’) y κρατος (kratos, que significa ‘fuerza’ o ‘energía’)
martes, 8 de marzo de 2011
¡FELICIDADES, MUJER!
8 DE MARZO, DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
Sin más preámbulos, y teniendo en cuenta que la fuerza y el amor de la mujer es el verdadero motor que mueve al mundo –sobre todo al llamado "Tercer Mundo", base de la familia y de la economía doméstica–, te coloco a continuación un abreve historia del 8 de marzo que, aunque algunos dicen que comenzó hace 100 años, la cosa se remonta un poco más lejos.HISTORIA del 8 de marzo
Solidaridad.net
El 8 de marzo DIA DE LA MUJER, es una historia de solidaridad de los pobres. Son los empobrecidos los que comienzan a unirse para su promoción. Las mujeres luchan por los derechos de ambos sexos, son sensibles por la vida en general, abordan el tema del hambre de la guerra, de la esclavitud y explotación de los niños. Todas sus declaraciones abogan por una solidaridad claramente global e internacional. Como cita la doctora en historia M. Araus, “La mujer ha pasado a la historia del movimiento obrero como la madre de la Solidaridad, sin su capacidad de resistencia y de lucha no habría habido movimiento obrero.” El 8 de marzo ha ido cambiando de orientación a lo largo de los años desde sus orígenes.
8 de marzo de 1550, muere San Juan de Dios (nace otro 8 de marzo) que liberó a muchas mujeres empobrecidas de la época, en particular a prostitutas, que sacándolas de los burdeles las lograba formación y trabajo, o las incitaba al trabajo de liberar a otras mujeres con su misma suerte.
El 8 de marzo de 1857, cientos de mujeres de una fábrica de textiles de Nueva York organizaron una marcha en contra de los bajos salarios (Los salarios que recibían las mujeres eran inferiores en un 60 ó 70 % a lo que percibe el hombre.) y las condiciones inhumanas de trabajo.
La policía dispersó a las manifestantes, que dos años después crearon su primer sindicato. Desde aquel histórico 8 de marzo, la fecha ha sido un termómetro de la lucha de las mujeres por el reconocimiento en un mundo de hombres.
Uno de los acontecimientos mundialmente conocidos y realmente lamentable fue el sucedido en Nueva York por el año 1908 en la fábrica Cotton Textile Factory de Washington cuando un grupo de trabajadoras declararon una huelga en protesta por las insoportables condiciones de trabajo ocupando la fábrica. Sólo pedían tener el mismo salario que los hombres, descanso dominical, reducción a las 10 horas la jornada, derecho a la lactancia y reducción de la jornada laboral. El dueño no aceptó la huelga, cerró las puertas de la fábrica y le prendió fuego... murieron 129 mujeres.
1909: Nueva York fue de nuevo testigo de las protestas de 15.000 mujeres trabajadoras.
Bajo el lema "Pan y Rosas", en el que el pan simbolizaba la seguridad económica y las rosas la calidad de vida, las mujeres extendieron sus protestas hacia el derecho al voto y el fin del Esclavitud infantil.
Otra versión justifica el origen del 8 de marzo en la segunda Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas en 1910 en Copenhague, Dinamarca. Allí, la alemana Clara Zetkin -integrante del Sindicato Internacional de Obreras de la Confección- demandó instituir el Día Internacional de la Mujer para reclamar los derechos políticos, civiles y económicos de todas las mujeres en el mundo. Zetkin propuso el día 8 de marzo.
Otros actos:
1910 España: el rey autoriza a las mujeres a realizar estudios superiores.
1910 Se instituye en Cuba la celebración del Día Internacional de la Mujer
En 1911, al año siguiente y en respuesta a este decreto, más de un millón de mujeres y hombres europeos participaron en manifestaciones por demandas de igualdad para la mujer.
En marzo de 1911, la muerte de más de 140 mujeres inmigrantes en un incendio en una fábrica en la ciudad de Boston, llevó a la introducciones de importantes cambios en las regulaciones laborales.
El 8 de marzo de 1917 las mujeres trabajadoras y estudiantes de Petrogrado realizaron una huelga por Pan y Paz ante la muerte de 2 millones de rusos en la primera guerra mundial. Esta manifestación, que para algunas historiadoras es considerada el detonante de la revolución rusa, se realizó contrariando las órdenes de la dirigencia de la oposición zarista, renuente a convocar a una huelga de general en esa fecha por temor a una gran represión.
El año 1976, las Naciones Unidas celebró por primera vez el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.
viernes, 4 de marzo de 2011
ZAPATOS Y ENGRANAJES
"¡¡Hay que ser más competitivos!!", se nos impele desde los más diversos y dispares medios de comunicación. Los chinos son competitivos, los indios son competitivos, los indonesios también, y los niños pakistaníes ¡no digamos! (1) Todos ellos –los que trabajan "competitivamente", no los que le hacen trabajar así– nunca podrán consumir aquello que producen, son engranajes de La Máquina; nosotros consumidores; ningunos personas. Ser competitivos –que no competentes–, en la mayoría de los casos, significa pasar del estatus de consumidores al de consumidos, al de meros engranajes, para que La Máquina pueda seguir funcionando.
(1) "En Pakistán hay 3,5 millones de niños y niñas trabajadores, que constituyen el 7% de la mano de obra total. Sin embargo, estas cifras no incluyen a los niños y niñas trabajadores de menos de diez años ni a aquéllos que trabajan en negocios familiares o pequeñas empresas no registrados ante el Estado. Según cálculos de UNICEF y de la Organización Internacional del Trabajo, la cifra de niños y niñas trabajadores se aproxima a los ocho millones." (Save the Children)
(1) "En Pakistán hay 3,5 millones de niños y niñas trabajadores, que constituyen el 7% de la mano de obra total. Sin embargo, estas cifras no incluyen a los niños y niñas trabajadores de menos de diez años ni a aquéllos que trabajan en negocios familiares o pequeñas empresas no registrados ante el Estado. Según cálculos de UNICEF y de la Organización Internacional del Trabajo, la cifra de niños y niñas trabajadores se aproxima a los ocho millones." (Save the Children)
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