Ya se sabe que el poder del pueblo, de la "gente corriente", es enorme: tanto que sobre él se apoyan el resto de estructuras, particularmente del sistema llamado "democracia reprensentativa" (también el de las dictaduras de cualquier signo, pero ese es otro tema). Para derribar el sistema "sólo" bastaría con dejar de colaborar (Gandhi, Luther King, Chico méndez..., sabían de esto, y lo aplicaron magistralmente, aunque les costara la vida), algo tan sencillo y complicado a la vez. Realmente tenemos, no lo que nos merecemos (cualquier persona se merece respeto, cariño y ser tratada con dignidad), sino lo que se nos asemeja: nuestra pasividad en materia política y nuestra codicia en materia económica, ha posibilitado el surgimiento de una élite de aprovechados corruptos que dirigen nuestros destinos y el de nuestro planeta; no sólo en España, en todo el mundo.
La red es tan compleja, que la gran "mano blanca" que dirige el cotarro mundial, es invisible para la mayoría de nosotros; lo más que llegamos a divisar son algunos de sus imprescindibles testaferros (FMI, BM, G-20...). Pero si los cimientos –el pueblo– se mueven, todo el edificio tiembla, desde el primer piso hasta la azotea –aunque no sepamos quién anda por allá arriba–. Los "tapagrietas" llegarán enseguida en su auxilio para ver qué tipo de reformas necesita: se hablará de inyectar (dinero), sanear (la economía), reestructurar (el mercado de trabajo, el otro, no), controlar (la inmigración, no al capital), rescatar (a la banca)...; buscan arreglar la fachada, cuando lo que debería centrar su preocupación y cuidados es la cimentación. Si las bases siguen moviéndose, el edificio caerá como un castillo de naipes, y la re-evolución habrá empezado realmente. A partir de entonces, tocará construir algo nuevo, mejor, más humano, más hermano...
martes, 19 de julio de 2011
miércoles, 6 de julio de 2011
LO INESPERADO Y LA CREATIVIDAD
A menudo nos quedamos desconcertados cuando los acontecimientos no concuerdan con nuestros criterios y pre-juicios. En esos momentos se pone a prueba nuestra capacidad de reacción y de búsqueda de respuestas, y ahí se mostrará si nuestro "bagaje vital" es una ayuda o un estorbo. Ante situaciones absurdas, ilógicas, imprevistas, los caminos a transitar para encontrar respuesta deben ser totalmente nuevos –o al menos novedosos–, creativos, y en cierto modo "descentrados" de un "yo" que ama la estabilidad, la racionalidad y la seguridad.
Si nos encontramos con que un caminante desaparece de pronto y sus huellas ya no son visibles, este hecho nos abre todo un campo de posibilidades, vedado a los que siempre transitan por los mismos senderos.
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