¿Para qué preocuparse?, ¡"ellos" nos solucionarán nuestros problemas... a su manera! "Ellos", los que conocen bien nuestro bolsillo y mejor aún nuestra psicología, los que detentan el poder fáctico y detestan la democracia real, los de "las puertas giratorias" y connivencias –maridaje, diría yo– entre la empresa privada y la "clase política" (1). Ellos saben que mientras nos tengan quietos e idiotizados en el otro extremo de la "balanza" se encontrarán en las "alturas" de la pre-potencia y la im-punidad. La solución más sencilla y radical, y a la vez la más difícil, para que se produzca el cambio: "no-hacer" (Lao Tsé), "bajarnos de la bandeja" (ellos caerían de inmediato), no colaborar en su juego (político, económico, educativo, ideológico...); y que cada cual interprete esto del no-hacer según su conciencia (por desgracia, en demasiadas ocasiones, vendida a los propios y egoístas intereses).
(1) La cúpula de Iberdrola y la razonable propuesta de Roberto Centeno
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