Cuando nos empeñamos en no ver lo positivo de lo que se nos brinda en cada momento, es que no damos "pie con bola", más bien lo que damos es "cabeza con bola".
Este texto que me ha llegado vía correo electrónico no es que sea "palabra de Dios" para mí, pero algo de razón sí que tiene; nos invita a ver la botella de la crisis, si no medio llena al menos no vacía, y eso siempre resulta aconsejable para poder avanzar con cierta dignidad. Aquí lo coloco:
"No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo.La crisis es la mejor bendición que le puede suceder a las personas y a los países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar ’superado’.
Quien atribuye la crisis a sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla."
Y que conste que la "crisis económica", desde mi punto de vista, es la consecuencia de otro u otros tipos de crisis más profundas, comenzando por la mediambiental y siguiendo con la crisis moral.
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