¿Cuándo se hará realidad este deseo? Un continente yacente, postrado a los pies de un mundo brutalmente globalizado, necesita urgente y necesariamente una Voz –a la par interior y exterior– que lo saque de su mortal letargo y que, como Lázaro, comience a caminar con paso firme y autogestionado. El máximo apoyo de nuestra parte a los pueblos africanos que buscan su liberación será un enriquecimiento para ellos y para nosotros.
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