
Y es que cuando la "cosa" se "infla" demasiado puede estallar y verse uno des-inflado de golpe, desengañado, especialmente si se puso mucha, demasiada, energía en la "inflacción" previa. Peor resulta cuando algún hijo (o hija) de buena madre nos pega un "pinchazo existencial" en eso que con tantas ganas "inflamos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario