domingo, 12 de enero de 2014

LA FE QUE MUEVE MONTAÑAS

Está claro –o al menos algo habíamos intuido desde la primera vez que escuchamos la llamativa frase evangélica– que la fe mueve montañas sólo a través de mediaciones –que no de "mediasacciones"–, siendo la principal de ellas la persona que posee esa fe. La fe es la "gasolina" que mueve el "motor" que eres tú; confundir la "gasolina" con el "motor", la fe con las acciones que deben hacerla operativa, o es mala fe (nunca mejor dicho) para escaquearnos del compromiso o es confusión teológica, en cualquier caso se pierde su eficacia y su razón de ser.