
Pues nada, a disfrutar quienes tengan vacaciones estivales (en el norte de este, nuestro planeta) o invernales (en el sur, también de nuestro planeta).
¡Hasta septiembre!

Inicio con este montaje photoshopero (para los no iniciados os aviso de que no tiene nada que ver con la sopa, sino más bien con la famosa aplicación Photoshop) la inclusión de algunos de mis trabajos que como diseñador gráfico también suelo realizar. Normalmente las fotografías no las he realizado yo, pero la composición creativa sí.
"A río revuelto, ganancia de pescadores". Y para que las cosas anden revueltas qué mejor cosa que un conflictillo armado. Estoy convencido que TODAS las guerras actuales, si hubiese voluntad política, se podrían parar; pero resulta que la voluntad económica se impone: petróleo en Irak, gaseoducto y opio en Afganistán, Diamantes y Coltán en la RDC, coca en Colombia, agua en los territorios ocupados de Palestina... Podrá parecer una visión muy simplista y un tanto marxistoide del origen de los conflictos armados, pero intenta aplicarles esta la clave y obtendrás el 95 % de las respuesta al "por qué" y al "para qué". Mucha de esta información la puedes encontrar en "El Atlas de Le Monde diplomatique", muy recomendable y muy gráfico.

Aquí os presento una de mis antiguas viñetas (se reconocen por el estilo del dibujo), pero de tema tan actual como el mismo día que la dibujé. Para conocer esta problemática os remito a los comentarios realizados en otras viñetas de temática africana. Aunque desde unos pocos años para acá, el rostro chino, en detrimento y competencia con el anglosajón, debería aparecer más a menudo en los asuntos africanos.

Lo que nos hubiese evitado –¡la pérdida del Paraíso, ni más ni menos!– el hecho de que Eva –y por extensión Adán– hubiese sido más selectiva a la hora de coger el fruto de ese árbol tan apetecible denominado de "El conocimiento del Bien y del Mal". Unos pocos reparos ecológicos hubiesen bastado para confundir a la astuta serpiente –y, a la vez, no ser confundidos por ella– y evitar las fatales consecuencias que desencadenó aquél mal mordisco sobre la fruta prohibida. Por desgracia parece que no aprendemos, y seguimos dando bocados donde no debemos, engañados por las "serpientes" de turno. Intentando ser dioses y perdemos lo más esencial a nuestra naturaleza humana: el sentido de supervivencia y los estrechos lazos de solidaridad que nos unen con todo el planeta. ¡Confío que no lleguemos a perder también este sucedáneo del Paraíso donde nos ha tocado vivir!
Soplar, soplar, soplar... Hinchar, hinchar hinchar... Subir, subir, subir... ¿Y después qué? ¿Caer? ¿Seguir subiendo? A veces convendría "soltarnos" a tiempo de aquello que nos puede llegar a "hinchar" tanto que seamos incapaces de perder el control sobre el mismo y nos arrastre tras de sí. El dicho popular "por la boca muere el pez" se parece bastante a lo que, confusamente, he querido expresar.

Si callas, callarás con amor,
si gritas, gritarás con amor,
si corriges, corregirás con amor,
si perdonas, perdonarás con amor.
Si está dentro de tí
la raíz del amor,
ninguna otra cosa sino el bien
podrá salir de tal raíz.
Agustín de Hipona

¿Estamos al final de una era o en el principio de otra? No lo sé, lo que si sé es que ambas situaciones suelen coincidir. Podemos entretenernos y recrearnos en criticar lo viejo, o bien podemos optar por imaginar e intentar vislumbrar lo nuevo que se avecina; dicho de otro modo, podemos cabrearnos y perder el tiempo con lo que pudo ser y no es, o entusiasmarnos y ser partícipes, desde una "paciente impaciencia", de lo que puede ser y será. Con todo, la peor y más maligna postura, es la de aquellos que se siguen aferrando al "mundo viejo" e intentan impedir la imparable llegada de lo nuevo; de estos se dice que han "perdido el tren de la historia".
Creo que en la viñeta se expresa adecuadamente lo que acontece en España con la Conferencia Episcopal y su emisora de radio. Para los y las que no sabéis de qué va la cosa, os podéis enterar aquí.